Siento mi ser estremecer de ilusión;
en mi corazón infinita dulzura;
porque diste luz, a mi vida oscura;
y mi pecho lo encendiste de pasión.
Postrado y rezando con gran devoción;
doy gracias, al cielo por tu hermosura;
y a Ti, que conservas el alma pura;
por mostrarme la tan inmácula prisión.
No me dejes, pues sin tu cariño muero;
y el amor que tu cuerpo me inspira;
te juro que aumentará cada día.
Beber la dulce miel de tu boca quiero;
y con gran ansiedad amada Elvira;
anhelo el momento que seas mía.